El viernes 10, con la presencia de las Randeras de El Cercado, se cerraron las Muestras “Manos Randeras Tejiendo Recuerdos” y “Autobiografías Randeras”, del MUMORA (Museo Móvil de la Randa) que, durante el mes de octubre, permitió a la comunidad universitaria y al público en general, conocer y disfrutar de una parte del rico patrimonio cultural de la provincia de Tucumán.
Estuvieron presentes el decano, Sergio Robin; la vicedecana, Bibi Sibaldi, la vice rectora, Mercedes Leal; la Prof. en Antropología Lucila Galindez, del Ente de Cultura de Tucumán; la Dra. Alejandra Mizrahi (FAU), curadora; nuestra secretaria académica, Josefina Lanzi; la secretaria de Género, Diversidad y DDHH de la UNT, Julia Saldaño; autoridades de las facultades de odontología y arquitectura; docentes, estudiantes y autoridades de la casa.
La actividad inició con una intervención musical a cargo del Dúo Liquidambar, conformado por Ana Zeitune y Silvio Rodríguez Aragón e incluyó una Feria de Randas a través de la cual los asistentes pudieron acceder a estos bienes que son patrimonio cultural inmaterial de nuestra provincia.
La propuesta de la muestra fue organizada por el Instituto CERPACU y MUMORA (Museo Móvil de la Randa), con la participación del Espacio Cultural y el Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos (IPHA), en el marco de los 40 años de Democracia.
Cabe decir que estas muestras constituyen una experiencia de trabajo colaborativo que se vienen realizando desde el 2015, aproximadamente, con artesanas Randeras de una localidad rural del sur tucumano: El Cercado, a 5 km de la ciudad de Monteros.
El arte textil de la Randa consiste en un fino encaje a la aguja de origen colonial español, que las mujeres de esta localidad rural tucumana continúan creando, recreando y transmitiendo de generación en generación, desde hace más de 400 años, en su comunidad. Forman parte de esta experiencia distintos actores que fueron conformando un equipo intersectorial e interdisciplinario, que permitió abordar distintas líneas de trabajo, desde una metodología de trabajo participativa, que parte del protagonismo de las artesanas.
Comprender la tradición de la Randa implica acercarnos a la red social e histórica en la que se asienta su confección y que constituye un rasgo identitario fuerte para las artesanas que la elaboran. La Randa de El Cercado es una producción cultural situada que nos vincula a un universo de significaciones. En este hacer colectivo toma cuerpo la memoria histórica, que une a las contemporáneas entre sí y con sus antecesoras, generando lazos solidarios y de sostén, que permiten su continuidad.
La dimensión patrimonial de este arte textil no se agota en la propia comunidad. En 2015 la Randa tucumana fue declarada Bien Cultural Provincial en virtud de sus cualidades de Patrimonio Cultural inmaterial (PCI). Ese año el Ministerio de Cultura de la Nación creó el programa “Las Randas del Tiempo, Modelo de Salvaguarda del Arte Textil de El Cercado” para su postulación al Registro de Mejores Prácticas de Salvaguardia del PCI de UNESCO.
El objetivo del MUMORA es acercar el arte textil de la Randa de El Cercado a un público amplio y diverso, a través de obras colectivas basadas en un concepto comunicable a través del textil. En “Autobiografías Randeras” participaron 25 tejedoras que desarrollaron una Randa cada una, exponiendo en ella características que las artesanas consideraban personales, y entretejiendo en las mismas sus vidas e historias.
La Randa de El Cercado es producto del trabajo de generaciones de mujeres rurales. Para las Randeras el impacto del reconocimiento social de la Randa motorizó la organización grupal, la autovaloración y empoderamiento ante otros actores con los cuales negocian y vehiculizan demandas. Trabajar en la salvaguarda de este arte textil implica apostar a nutrir nuestra diversidad cultural desde la perspectiva de estas mujeres tucumanas. La actividad artesanal es una fuente valiosa para la transmisión y preservación de la memoria colectiva, en tanto incorpora saberes elaborados a lo largo del tiempo. Además, posibilita la rememoración del pasado, impactando en la configuración de las identidades actuales; y replantea el rol del pueblo en sus producciones, en la gestión de su patrimonio, y en el planteamiento de modelos de desarrollo alternativos para su propio acontecer socio-histórico.
El Instituto CERPACU de la Facultad de Filosofía y Letras, en su larga trayectoria de rescate y revalorización del patrimonio cultural, auspició este encuentro de randeras en un espacio académico, acción tan necesaria para no caer en las prácticas de anonimización al reunir las producciones culturales con sus productores, porque no hay patrimonio cultural por fuera del patrimonio humano: que son los sujetos que lo reconocen y se reconocen en él.