¡NUNCA MÁS!
Las mismas fueron y serán un emblema irrenunciable del deseo colectivo de los habitantes de este país de resistir a toda forma de terrorismo de Estado, como una manera de reivindicar para las futuras generaciones la memoria, la verdad, y la justicia.
Banalizar esa frase que los argentinos custodiamos durante décadas constituye una maniobra pensada y perpetrada por este gobierno libertario, urdida minuciosamente dentro de una lógica perversa con el objeto de agraviarnos en lo más profundo.
Es una operación planeada y estudiada cuidadosamente para lograr un fuerte impacto. Constituye una amenaza a la paz social, a la democracia y nos alerta que la violencia no es una pesadilla del pasado y que está instalada bajo otras formas autoritarias de gobierno que comienzan con insultos y palos contra los que se oponen al objetivo de destruir al Estado y, SI puede terminar en genocidio.
No es casual que decidieran pegar la palabra KIRCHNERISMO con el emblemático NUNCA MÁS, ya que lo simbólico fue y es importante para quienes acuden al lavaje cerebral de sus convencidos seguidores, mediante el uso de la reiteración de simbolismos e imágenes rápidas; concretas y reiterativas hasta el cansancio, hasta que crea sentido común y se hace carne.
Lo hicieron, sencillamente, porque su odio tiene que ver con sucesos concretos de los gobiernos de Néstor y Cristina, que se convirtieron en símbolos de una década ganada: 1) el cuadro del genocida Videla bajado por un uniformado activo de la Fuerza, recibiendo la orden del Presidente Constitucional Néstor Kirchner y la derogación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida; 2) Cristina y su química con Madres y Abuelas; 3) una Juventud que recuperó su pasión por la Militancia y 4) fundamentalmente, porque los Juicios siguen abiertos y porque los asesinos siguen encarcelados.
Entonces nos debemos preguntar ¿Qué haremos los ciudadanos estigmatizados y humillados frente a este enorme atropello a los derechos fundamentales, a esta gigantesca “banalidad del mal” cuya expresión más canallesca es el uso cobarde y artero para una campaña política libertaria del lema “NUNCA MÁS “?
Si renunciamos a dar la batalla cultural necesaria y no oponemos resistencia a estas acciones destructivas estaremos perdidos como sociedad que quiere vivir en paz y en democracia. No debemos permitir que nos expropien nuestro lema histórico. Nos pertenece y nos obliga a reguardar la memoria de nuestros 30,000 desaparecidos y a seguir la lucha inclaudicable reclamando; MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA