Mi experiencia en Alemania
Hasta hace menos de dos meses me encontraba en Alemania, experiencia que fue posible al obtener la beca de intercambio ISAP, por un convenio que existe entre la Universität zu Köln y nuestra facultad. Todavía me parece increíble pensar que obtuve esta beca, que se me presentó esta gran oportunidad por la que no podría estar más agradecida, aunque, siendo sincera, en un principio estuve un poco asustada y fue todo caótico.
Con Juan Manuel, un compañero de la carrera de Letras que también obtuvo la beca, encontramos por suerte un apoyo mutuo a la hora de resolver tramites y cuestiones burocráticas con tan poco tiempo de anticipación, eso fue un verdadero estrés, sumado al hecho de que lo único que podía imaginarme del otro lado del océano eran un montón de generales prusianos recibiéndome al llegar. Pese a la amargura inicial, todo salió muy bien y termine rompiendo con muchos mitos y estereotipos sobre la sociedad y cultura alemana.
Soy estudiante de la licenciatura y el profesorado de Historia, me gustaría dedicarme fundamentalmente a la investigación, en particular sobre tópicos cercanos a América Latina. En cuanto a la Universidad de Colonia me parecía curioso que tuviera un centro y una carrera dedicada a estudios Latinoamericanos. Creo que mi principal motivación para presentarme fue esa, dar cuenta de las perspectivas y los enfoques que allí existen, cuales son las motivaciones de quienes eligen esta carrera. De ese modo pude acercarme a muchísimas personas de lo mas interesante, siempre muy amables y dispuestas a dar una mano en todo.
El conseguir alojamiento fue en principio otro problema, hasta entrar en contacto, una semana antes de viajar, con quien fue mi compañera de piso por los siguientes seis meses y medio. Al no conseguir plaza dentro de la residencia universitaria, terminé viviendo en un “WG” (Wohngemeinschaft), es decir, un piso compartido, experimentando muy de cerca como viven la mayoría de los jóvenes universitarios alemanes, junto con Johannes, Laura y Nicci (o Nicola), personas con las que llegué a ser muy cercana y con quienes aún mantengo mucho contacto.
La recepción de las personas encargadas de nosotrxs en Colonia fue siempre maravillosa, muchxs de ellxs son jóvenes que se encuentran haciendo sus maestrías o terminando el grado, nos brindaron todas las herramientas para ayudarnos cuando tuvimos inquietudes o dificultades. Por otro lado, como Nicci está haciendo la carrera de Estudios Regionales de Latinoamérica (Lateinamerikastudien), también pude recibir mucha ayuda de ella e incluso fuimos compañeras en una asignatura. Pude acercarme a muchísimas personas, en los cursos hice bastantes amigxs, porque como ya mencioné muchas veces, todxs siempre mostraron gran predisposición por darme una mano. También generé vínculos muy agradables con distintxs profesores, quienes siempre estuvieron dispuestxs a ayudarnos.
Dado que yo no sabía alemán cuando llegué, me comuniqué en principio solo en inglés (también en español) y las asignaturas que elegí, salvo por los cursos de alemán, fueron en español, sobre Latinoamérica. Fue difícil decidir qué cursos tomar, hubo otros cursos en ingles que también me atraían mucho, pero por coincidencias horarias me vi obligada a elegir. Lo cierto es que me atrajeron muchísimos seminarios que brindaba la universidad, pero los que mas me interesaban, eran en alemán, por lo que no pude tomarlos.
El modo en que la universidad está organizada es muy diferente, para ser sincera todavía no termino de entender como funcionan sus “módulos”. Los seminarios que dictan son muy específicos, sobre temas muy puntuales, lo cual si marca una gran diferencia con la carrera de historia en la UNT. Tuve la sensación de que en términos de contenidos y de conocimientos sobre ciertos procesos, en nuestra universidad estamos mucho más preparados, sin embargo, allí tuve un acercamiento mas concreto a las herramientas necesarias para poder utilizar todo ese conocimiento, que en todos estos años de carrera en la UNT no los tuve. Esto podría sintetizarse en que aquí en Tucumán se está mas orientado al contenido disciplinar, por el contrario, en Alemania, aunque no se abordan muchísimos temas en profundidad, hay una orientación clara en la apreciación critica de ese conocimiento para poder realizar trabajos y presentaciones orales (modo en que me evaluaron para pasar los cursos), lo cual fue un aporte muy significativo para mí, dado que quiero dedicarme a la investigación.
La universidad también brinda muchísimos cursos de idiomas, por lo que también decidí tomar un curso de portugués, curiosamente con la idea de fortalecer mi escaso alemán, teniendo en cuenta que el curso era dado en alemán para estudiantes alemanes. Esto de hecho si me funcionó, fue de gran ayuda para afinar mi oído en relación con el idioma (con el plus de que aprendí un poco de portugués).
Como podrán ver, me pasé hablando cuatro idiomas durante mi estadía (español, inglés, alemán y portugués), la verdad era muy agotador, los primeros dos meses, al finalizar el día, estaba demasiado agotada, aunque también era divertido cuando mezclaba los idiomas sin darme. Sobre esto, lo que, si puedo aconsejar por mi experiencia, es que creo que si sería bueno poder hacer el intercambio con un conocimiento del alemán. Siento que para mi fue muy provechoso el aprendizaje del idioma estando allí, en solo cuatro meses llegue a un buen nivel de A2 y a poder comunicarme e incluso hacer algunos trámites burocráticos en alemán. Aunque ahora continuo con las clases y hago llamadas telefónicas seguidas con mis amigxs y pareja para hablar en alemán, creo que, si hubiera llegado ya con ese nivel a Alemania, habría podido avanzar muchísimo más. El alemán es un idioma muy curioso, muy lógico, muy creativo, revela mucho sobre sus hablantes, saber un poco sobre él antes de llegar ayuda a adaptarse un poco más.
Creo que lo que mas me sorprendió de la cultura alemana es que no eran “tan alemanes”. Muchas veces mis amigxs y mi pareja trataron de explicarme que Colonia es un poco diferente al resto de Alemania, pero creo que en general tuve esa sensación, de no sentirme tan lejos por muchas cosas: la gente no siempre es puntual, los trenes tienen muchos retrasos (la Deutsche Bahn se volvió una gran enemiga), la burocracia es igual de lenta y complicada, las personas no son frías aunque si es cierto que son muy directas, todxs están dispuestxs a ayudarte y a tratar de entenderte. Podría hacer una lista interminable de similitudes, es cierto que hay muchas diferencias (como las voraces filas de supermercado alemanas o el miedo al contacto en el trasporte público lleno), pero si pienso en lo que mas me impacto, es eso, lo rápido que pude adaptarme y sentirme en casa pese a ciertos choques culturales.
Si pienso en lo más difícil de esta experiencia, creo que fue el volver a Tucumán. No solo lo digo por las dificultades materiales que tuve, vinculado al cierre de fronteras, que inició el mismo día que tomaba mi vuelo, si no porque de verdad me enamoré mucho de Colonia, de la Renania, de sus personas, fue muy difícil irme, aunque también extrañaba muchísimo Tucumán. Recomiendo muchísimo esta experiencia.
Nahla Chaban