Aportes para reinventar las prácticas de enseñanza universitaria en modalidad virtual en tiempos de COVID-19
Esp. Prof. María Fernanda Hidalgo
/Prof. Adjunta Cátedra Tecnología Educativa/
Estamos atravesando una situación de emergencia, excepcional, dinámica y transitoria con el cese temporal de las actividades presenciales y la implementación de estrategias de continuidad de la docencia en modalidades pedagógicas que no requieren la presencialidad.
Es oportuno valorar el esfuerzo y dedicación que supuso la migración del sistema presencial al virtual. Si bien muchos docentes ya contábamos con espacios virtuales, como complemento de la enseñanza presencial, muchos otros fueron aprendiendo sobre la marcha con el apoyo institucional y apelando al autodidactismo también. De este modo, los docentes universitarios mostramos un fuerte compromiso con la tarea y una notable capacidad de adaptación para re-aprender a gestionar la clase en este nuevo ámbito.
En este contexto es central sostener el vínculo con nuestros estudiantes como una necesidad y condición básica para concretar el proceso de enseñanza y aprendizaje, garantizar su permanencia y evitar que las brechas sociales crezcan. Resulta fundamental establecer como prioridad “asegurar el derecho a la educación superior de todas las personas en un marco de igualdad de oportunidades y de no-discriminación” (IESALC, 2020,p.7).
Este nuevo marco demanda flexibilidad, resiliencia y resolución creativa de los problemas (Soletic, 2020a). Esta adaptación acelerada es trabajosa y compleja, pero abre oportunidades únicas para repensar el lugar de las mediaciones tecnológicas en la enseñanza y reinventar las clases en la universidad.
¿Educación a distancia, educación virtual, educación en línea?
La Educación a Distancia (en adelante, EaD) es una opción pedagógica con unas lógicas y dinámicas propias, cuya característica más destacada es la comunicación mediada entre docentes y alumnos. Es una modalidad educativa que permite establecer una particular forma de presencia institucional más allá de su tradicional cobertura geográfica y poblacional, ayudando a superar problemas de tiempo y espacio (Mena, M. Rodríguez, L. y Diez, M. L. (2010: 19).
Desde sus inicios la modalidad estuvo asociada a la evolución y hegemonía de determinadas tecnologías. Desde los materiales impresos con la educación por correspondencia se pasó a la primacía de los medios audiovisuales – Radio y TV - para confluir en los recursos Informáticos, con la utilización de Internet.
Las propuestas educativas que estamos construyendo, en el marco de la actual situación de emergencia por la pandemia COVID-19, no responden estrictamente a la EaD, no porque no sean EaD, sino porque estrictamente la formación a distancia implica un diseño integral de materiales en un tiempo determinado, establece modos determinados de intervención de los estudiantes, una estrategia didáctica y formas de evaluación que se desarrollan en muchos meses de elaboración. Además cuenta con docentes altamente preparados y estudiantes que eligieron esa modalidad de formación.
El foco en la planificación
Ante este escenario de suspensión de la presencialidad necesitamos gestionar la clase y re-aprender a hacerlo en otro ámbito y en poco tiempo. En este sentido es importante remarcar que enseñar en la virtualidad implica mucho más que trabajar con herramientas, plataformas o aplicaciones digitales, requiere un rediseño integral de la propuesta educativa (Soletic, 2020a).
Es necesario contar con una adecuada planificación que contemple: el modo y el tiempo en el que se va a realizar el proceso; los materiales o recursos a utilizar; los criterios y estrategias de evaluación: las acciones de retroalimentación y los canales de comunicación que reemplacen el vínculo cara a cara.
La secuencia de actividades como núcleo estructurante
Las actividades de aprendizaje son oportunidades valiosas para realizar una inmersión en los contenidos del curso y reconstruirlos en función de determinados objetivos (Soletic, 2020b). Las actividades traccionan a los estudiantes, apelan a que pongan en juego sus recursos, estrategias y habilidades, es decir, a participar activamente en el proceso de construcción de su propio saber. En esta línea es óptimo pensar en actividades que propicien la colaboración y la producción tanto individual como grupal y colectiva.
Es fundamental preguntarnos qué tipo de aprendizajes estamos promoviendo a partir de las actividades que proponemos a nuestros estudiantes. En este sentido, comparto aquí algunas recomendaciones: dosificar las actividades; proponer actividades que pongan en marcha estrategias cognitivas progresivamente más complejas; explicitar los propósitos que se persiguen; no centrar todas las actividades exclusivamente en los textos propios de la asignatura (Libedinsky, 2012); brindar retroalimentación de las actividades.
La importancia de los procesos de comunicación
Una adecuada comunicación garantiza el éxito de todo proceso educativo. Para ello es fundamental abrir espacios de atención y orientación permanente a los alumnos, intensificando los canales de comunicación con los estudiantes con modalidades como la clase de consulta en línea, espacios virtuales que funcionen como foros para atender dificultades y preguntas que surgen, sostener los espacios que ya funcionaban (facebook, Instagram).
Los procesos de socialización con colegas
En este de transformación del rol docente, cobra especial relevancia fortalecer el trabajo en red y la creación de una comunidad de práctica y aprendizaje en torno a la construcción colaborativa de conocimiento.
Experimentemos, produzcamos y trabajemos entre colegas, especialmente, los espacios de trabajo internos de cada cátedra, intercátedras, con los departamentos, con las mesas de ayuda y con otros colegas externos a nuestra Facultad.
Es recomendable documentar las propuestas educativas implementadas y sus resultados. Recoger la opinión de los destinatarios respecto de las dificultades o los aciertos del proyecto resulta imprescindible, en tanto permite identificar los logros y los problemas para mejorar.
Aún es prematuro pensar en evaluaciones sumativas en este contexto, pero podemos ir registrando los desempeños en estas actividades que vamos proponiendo.
Consideraciones finales
En este tiempo de pandemia no debemos perder de vista la situación de los jóvenes que no cuentan con dispositivos tecnológicos apropiados, ni con conectividad en sus hogares o uso de datos en sus celulares, no son problemas menores. Pero tampoco renunciar a la tarea educativa ni a nuevas formas a través de las cuales asegurar la continuidad formativa.
El óptimo trabajo en un entorno virtual no necesariamente estará dado por el uso de unos recursos tecnológicos de última generación, sino más bien, por la adecuada y flexible planificación de las actividades de aprendizaje, la selección de estrategias de comunicación efectivas, así como también por el continuo y oportuno seguimiento a las actividades de formación estipuladas en la planificación.
Para cerrar resultan pertinente citar las palabras de Mariana Maggio:
“Lo que queda es inventar: reinventarnos como docentes, pero también reinventar las organizaciones en las que trabajamos, las materias que damos y, mientras lo hacemos, inventar cada clase. Suena complejo, y sin duda lo es, pero no solamente es necesario: también es urgente” (Maggio, 2018,p.28).
Bibliografía
IESALC (2020). COVID-19 y educación superior: de los efectos inmediatos al día después. Recuperado de
http://www.iesalc.unesco.org/wp-content/uploads/2020/04/COVID-19-060420-ES-2.pdf
Libedinsky, M. Diseño de actividades de aprendizaje para aulas virtuales. En H. Nieto ,y De Majo, O. (comp.). Educación a distancia y tecnologías: lecturas desde América Latina (pp.103-119). Buenos Aires, Argentina: Universidad del Salvador.
Litwin, E. (1997). Las configuraciones didácticas. Una nueva agenda para la enseñanza superior. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
(2003) De las tradiciones a la virtualidad. En E. Litwin, La educación a distancia: temas para el debate en una nueva agenda educativa (pp. 15-29). Buenos Aires, Amorrortu.
Maggio, M. (2018). Reinventar la clase en la universidad. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: Paidós.
Mena, M. Rodríguez, L. y Diez, M. L. (2010). El diseño de proyectos de educación a distancia. Buenos Aires, Argentina: La Crujía.
Soletic, A. (2020a) Documento 2 Recomendaciones para el diseño de la enseñanza en la virtualidad. UBA. Recuperado de
(2020b) Documento 5 Recomendaciones para estudiar en la virtualidad en tiempos de pandemia. UBA. Recuperado de http://citep.rec.uba.ar/wp-content/uploads/2020/04/AcaDocs_D05_Recomendaciones-para-estudiar-en-la-virtualidad-en-tiempos-de-pandemia.pdf