El Instituto de Orientación Vocacional y Educativa (iOVE) de nuestra Facultad organizó “Una juntada por MEET. Rendir el examen virtual: hablemos de desorientaciones y de orientaciones” dirigida a estudiantes. La actividad consistió en una conversación entre docentes y estudiantes sobre la experiencia de rendir un examen virtual y de los aprendizajes adquiridos en otras evaluaciones similares.
El encuentro fue moderado por integrantes del centro de estudiantes de la facultad y participaron la Lic. Viviana Reyes (directora del IOVE), Psic. Pedro Lobo (del equipo técnico del IOVE), la Prof. Fernanda Hidalgo (Prof. Adj. de la asignatura Tecnología Educativa de nuestra facultad y docente de la Facultad de Educación Física) y la Prof. María José Ale (Coordinadora pedagógica de Sistema tutorial y Comisión de tutoría de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia).
La actividad contó con alrededor de 25 participantes e inició con la exposición de la profesora Hidalgo quien recalcó que el sentido de todo lo que hizo la Universidad, y la facultad en particular con respecto a la virtualidad “está relacionado con el aprendizaje y el estudiante, por eso es central escuchar sus voces”. Luego, la licenciada Reyes ordenó el inicio de las exposiciones e intercambios y la profesora Hidalgo comenzó planteando el tema en torno a qué sucede antes, durante y después del examen virtual para abordar dudas, aprendizajes construidos, analizar obstáculos, saberes, estrategias y recursos y para resignificar las “desorientaciones” y “certidumbres”.
Luego, la profesora Ale articuló algunas intervenciones de los estudiantes quienes comentaron sus experiencias en determinadas situaciones. Por ejemplo, María Belén dijo: “antes de rendir me agarran como unas crisis existenciales, soy muy autoexigente con el estudio, y el primer contacto con la cátedra se me hacía complicado y más ahora en la virtualidad. Comparto los miedos y ahora más que me voy a presentar en las mesas.” Por su parte, María de la Paz contó su experiencia en las primeras mesas de agosto “con una materia con la que tenía una enorme carga simbólica, muy pesada, muy larga, era la única que la rendía. Yo siento que en nuestra facultad hay una cercanía particular entre docentes y estudiantes, una posibilidad de diálogo diferente a otras facultades y sentí que con la virtualidad eso se alejó un poco, hay más falta de contacto, de verse, de que el docente vea por donde pasan mis nervios, mis angustias”. En tanto Santiago hizo hincapié en que tanto en la virtualidad como en la presencialidad hay “mitos y prejuicios en torno a las materias, a vivencias muy personales, diferentes, y eso suele actuar como un obstáculo, entonces la comunicación es clave, ya que disipa los miedos y prejuicios.”
Para Pedro Lobo, “no hay un estilo para tratar a un docente, una modalidad, hay muchas, y hay otra cosa que hay que respetar y es nuestra propia modalidad, no hay que quedar sólo bajo el peso de la modalidad del docente. El problema es que la falta de presencialidad nos ha quitado esa posibilidad de conocer al otro cara a cara, no sabemos bien a quien. Habrá que equivocarse, corregir, hacer una cosa para alguien y otra cosa para otra persona.”
Hidalgo remarcó que hay diferentes percepciones acerca de la evaluación, al respecto, “los estudiantes expresan sus temores, sus miedos a lo técnico, y yo les digo que deben ensayar con esos recursos (la cámara, el celular). El ensayo es un elemento central. Los docentes también ensayamos de qué manera irá el dispositivo que llevaremos adelante. Se pueden hacer a partir de las cátedras consultas grupales referidas al examen y así esa idea de grupalidad nos da otra fortaleza a la hora de hacer una petición a la cátedra.” Ya en la situación de examen “es interesante preguntarse qué pasa con las expectativas, qué sucede en el momento en el que el profesor plantea las preguntas, si hubo shock o no, si hubo un tiempo para pensar las respuestas, si hubo un buen clima, cómo se lo construye a ese clima. Por otra parte, es importante el veedor estudiantil para democratizar la evaluación y evitar arbitrariedades, también el tribunal que debe evaluar en conjunto y ver cuál será la nota para el estudiante.”
Lucía, otra estudiante que participó de este encuentro, afirmó: “hay toda una adrenalina que una siente después de rendir, la felicidad o la tristeza dependiendo de los resultados. El después es muy importante porque es una revisión de todo el proceso de aprendizaje, ya que la evaluación forma parte de él, no está separado.”
Según Ale, “es muy valioso evaluar nuestra evaluación. Reflexionar y decir si me fue bien cuando pude armar un esquema conceptual a través del programa de estudio o me fue mal cuando no pude establecer relaciones. Hay que identificar nuestro propio proceso de aprendizaje. La nota puede ser una cuestión circunstancial y formal, pero el aprendizaje va a prevalecer, lo vamos a seguir construyendo.”