Nita Freire: “Precisamos leer a Paulo para encontrar un camino para transformar este mundo cruel y sádico en un mundo mejor”

En el marco del “Congreso latinoamericano Paulo Freire: transitar su legado, un acto de justicia”, organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán para conmemorar los 100 años de su nacimiento, la Decana Dra. Mercedes Leal, conversó con Ana María Araujo Freire, compañera de vida del maestro[1].

La conversación giró en torno a algunas preguntas disparadoras referidas a cuáles habían sido los aspectos de la potente obra de Paulo Freire más incómodos para el statu quo, esos que llevaron a censurar la obra Pedagogía de la liberación, a perseguir a Paulo, que le costaron el exilio. Sus ideas respecto de la función del maestro, de la maestra y las categoríeas Freireanas que podrían, desde la esperanza, ayudar hoy a empezar a construir un futuro con sentido y justicia social, también fueron temas abordados.

Compartimos aquí los aportes de Nita sobre la vida y obra de Paulo Freire.

Des-velamientos de la realidad: realidad y educación

Conocí a Paulo cuando yo tenía 5 años. Él estudió en el colegio de mi padre que le consiguió una beca, por lo que siempre ha estado muy cerca de la familia de mis padres.

Luego se casó, yo me casé. Salí de Recife y vine a vivir a San Pablo. Paulo nació en Recife y yo nací en Recife. Vine a vivir a São Paulo y veía a Paulo una vez al año cuando iba de vacaciones de Navidad y Año Nuevo y Paulo siempre estaba muy entusiasmado hablando de sus creaciones. Y decía “mirá Nita esto, mira Nita lo otro”, muy entusiasmado por las creaciones que hacía. Por los des-velamientos o revelaciones que hacía porque él no hablaba de descubrimientos, si no de des-velamientos’ de la realidad. Paulo daba clases en la Universidad de Recife, que ahora es la Universidad Federal de Pernambuco. Él daba clases en la Facultad de Bellas Artes y era profesor de Historia y Filosofía de la Educación. En 1959 comenzó el proceso para obtener su doctorado. En esas épocas el sistema de obtención de un título de maestría o de doctorado era completamente diferente al actual. Entonces se tenía que dar pruebas escritas, pruebas orales y presentación de una obra monográfica absolutamente inédita.

Paulo luego escribió “Educação e a Realidade Brasileira”. Este título es interesante. Ustedes vean esto. Cuando él entregó la tesis -era 1959-, generó enorme extrañeza: ¿qué tenía que ver la realidad con la educación?, se pensaban como dos cosas distintas. En esos tiempos se consideraba que la educación no interfería en la realidad, ni la realidad incidía en la educación. ¿Se imaginan lo que se pensaba hasta hace relativamente pocos años? Así que por eso Paulo perdió el concurso con una chica, de cierta edad que había sido en Alemania alumna de Heidegger y de muchas personas importantes en el mundo de la filosofía y había escrito sobre la influencia judeocristiana en la educación del mundo occidental, lo que no tenía nada que ver con nosotros. Hay cosas que pueden tener que ver pero no en este punto principal sobre el cual tenemos que abocarnos para buscar las raíces. Bien. Paulo perdió la cátedra y fue a enseñar la misma disciplina en la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de Recife. Esa Facultad quedaba en frente de la casa de mis padres. Y él todos los días salía del Servicio Social de la Industria (SESI) y pasaba por la casa de mis padres y decía “Genove (mi madre) voy a tomar un poco de sopa con usted”, “¡Venga, venga a tomar sopa!”. En estas andanzas me encontré a Paulo muchas veces. Él tenía una gran gratitud con mi padre por el estudio que le dio. Estudio de una calidad excepcional porque el colegio de mi padre era famoso en todo el nordeste de Brasil.

 Lo importante es la pregunta

Paulo hizo experiencia en el SESI y fue una experiencia pionera. El SESI era el Servicio Social de la Industria que hacía un trabajo en educación. Un proceso civilizatorio. En ese momento había mucho analfabetismo. Los obreros eran analfabetos, los campesinos analfabetos y los pescadores de la zona del mar también, así que Paulo hizo un trabajo con ellos y en ese momento Paulo leía mucho Piaget. Y Piaget decía que no se educa golpeando. No se puede pegarle a un niño para educarlo. Y en el nordeste de Brasil era una creencia muy arraigada que al hijo había que darle una palmada en el trasero para aprender.

Y Paulo hablaba, pero las personas en el auditorio, sentadas en fila, una detrás de la otra, se la pasaban durmiendo, y luego una se daba codazos con la otra para turnarse “despierta que ahora vas a poner atención y yo voy a dormir”. Y a la siguiente clase lo mismo. Paulo decía “preparo las clases, yo ficho, leo mucho. Estoy entendiendo toda esta teoría. Llego, hablo para ellos y es como si no fuera nada. No lo quieren oír”. Allí Paulo pensó: “ellos, la clase obrera analfabeta, me están diciendo que lo importante no es la respuesta, lo importante es la pregunta. Es la pregunta que ellos quieren hacer y no están teniendo posibilidad de hacer. Yo ocupo todo el tiempo hablando y dando respuestas. ¿Quién me preguntó sobre Piaget? ¿Quién quiere saber de Piaget, donde nació etc.? Nadie. Entonces ¿por qué estoy insistiendo en eso?” Entonces un día Paulo les plantea “les propongo hoy hacer un círculo en la clase y mirarnos cara a cara. Y cada uno dirá qué desean, qué sueña, qué los exaspera, lo que los entristece, lo que los desanima de la vida. Van a quejarse de las cosas malas, hablar de las cosas buenas, sus festividades, del entierro de sus muertos, que es algo que noto cada vez más, en cualquier estrato social, la importancia de enterrar a los muertos” (enterrar a los muertos es un ritual de cualquier religión que es muy importante y en ese momento en el nordeste era la cosa más importante para una familia enterrar a sus muertos. Era un tema de discusión porque, estoy hablando de zonas muy muy pobres, por ese entonces ni cajones había. Se tomaba una hamaca de tela. Tomaban el cuerpo y lo ponían en ella, la llevaban a la tumba con la familia a enterrar el cadáver, dejaban el cuerpo y traían la red de regreso).

Paulo estaba haciendo un trabajo muy importante en el SESI y creó en Brasil, por primera vez, el servicio de extensión de la Universidad. En Brasil no existía una universidad que tuviera un servicio de extensión cultural. Lo creó para que las personas del pueblo que adoraban escuchar la radio, pudieran escuchar música del Nordeste, una radio con la música de Carnaval, con los cantos navideños, con los cantos típicos de las fiestas de San Juan y San Pedro, que son muy importantes para ellos. A través de la radio se discutía, se preguntaba: “¿Por qué no llueve hasta el día de San José que es el 19 de marzo?” (En el nordeste de Brasil el invierno implica lluvias dado que allí no hace frío). Y entonces los científicos de las universidades estudiaban el caso y explicaban al pueblo por la radio. Estaban encantados. Se iban del nivel del sentido común a un nivel científico. La explicación científica. Y por eso esta radio tiene un rol enorme, incluso en la formación de profesores de la propia Universidad.

 Tarea de alfabetización para transformar la realidad

Fue cuando se vivió la experiencia de Angicos[2], cuando Paulo alfabetizó en tiempo record 300 analfabetos entre hombres y mujeres. Había empleadas domésticas, albañiles, carpinteros, prostitutas, maestras, sirvientas.

Un periodista de Río de Janeiro fue allí, que es una zona muy calurosa, muy árida del Sertão nordestino, y escribió una historia que se publicó más tarde en el mundo. Lo tituló “Angicos 40 grados, 40 horas”. Aunque Paulo pensó que era un slogan muy bonito el que había encontrado, en realidad sólo hay uno o dos que se habían alfabetizado en tan poco tiempo. Se precisaba más tiempo para que ellos aprendieran la articulación de sílabas para formar nuevas palabras.

En ese entonces, el presidente era João Goulart. Llamó a Paulo para hacer el programa nacional de alfabetización. Ese programa alfabetizaría a 3 millones de hombres y mujeres que luego podrían votar (por ley, el analfabeto no votaba). Existía la posibilidad de que muchos se alfabetizaran en una alfabetización concientizadora y no como Paulo decía “bla bla bla”. Tenían que saber qué era el salario, la casa, la construcción, tenían que saber qué era el patrón. A partir de eso, serían tantos nuevos alfabetizados conscientes de la realidad que cambiarían el equilibrio de las fuerzas del poder. Eso resultaba una real amenaza para la burguesía que dominaba totalmente a la sociedad brasileña, desde Rio Grande do Sul hasta el Amazonas, con saña asesina, con mano de opresión, para excluir de cualquier privilegio de la sociedad a estos oprimidos. Y entonces Paulo decía “Va a haber un golpe”.

 El exilio y Educación como Práctica de la Libertad

Y no tardó. Vino el golpe de Estado en Brasil. Fue arrestado, se mantuvo en la clandestinidad en Brasilia, 40 días después se presentó al ejército, fue a Recife respondió a dos procesos, y cuando estaba a punto de responder a un tercer proceso con el ejército en la capital de la República, que en aquel tiempo era Río de Janeiro, fue llevado por el emisario de un gran intelectual brasileño, que a pesar de ser de derecha comenzó a proteger a las personas que él sabía que iban a sufrir torturas, etc. Entonces mandó un emisario al hotel y le dijo “te voy a dejar en la embajada de Bolivia porque Chile, Suecia, Francia y otros países no reciben más”. Y vas a viajar a Bolivia. Llegó a Río el ministro de educación de Bolivia. Y combinaron un programa de alfabetización. Estaba en la casa de la embajada de Bolivia y se tardaron tres meses para otorgarle el salvoconducto para viajar a Bolivia. Eso fue un maltrato porque si él salía de la casa de la embajada caía preso.

Paulo estaba junto con el Ministro que hizo la reforma agraria, Celso Furtado (otra gran inteligencia del Brasil, del estado de Paraíba, ubicado arriba del de Pernambuco). Habían hecho dos proyectos maravillosos para la constitución de un estado democrático y entonces ellos fueron los más perseguidos. Paulo salió del hotel donde estaba, en Río de Janeiro, esperando ser convocado por el emisario para que los llevara a la embajada y esperó el salvoconducto. El propio embajador lo llevó hasta Santa Cruz de la Sierra, lo dejó y volvió en el mismo avión y le dijo “Paulo usted está a salvo, usted está en mi país”. Paulo se trasladó a La Paz cuando se produce un golpe en Bolivia decretado por Estados Unidos, entonces Paulo consigue un salvoconducto y se va para Chile.

Es en Chile cuando reinicia su trabajar, ya repuesto de tanto dolor. Imaginen a un hombre de 42 años, conocido en el mundo entero, luego de haber ideado un proyecto que iba alfabetizar al pueblo brasilero. Proyecto tan importante que el presidente Kennedy ya tenía agendado un viaje a Brasil para conocer a Paulo y su propuesta. Era una cosa fantástica. En Chile comenzó a escribir nuevos textos. Re-trabajó aquella tesis de doctorado “Educación y Realidad Brasilera” que resultó en el libro “Educación como Práctica de la Libertad”. Esa obra carga toda la indignación de Paulo con el comportamiento discriminatorio, elitista, racista, esclavista de la sociedad brasileña.  Mucha gente dice “pero si ese libro habla de Chile”. ¡No! ese libro ya estaba escrito y no pensando en Chile. Paulo solamente aumentó cosas de su tesis, sacó partes muy académicas y dejó ese libro que hasta ahora es un libro muy vendido, es un libro muy estudiado en varias partes del mundo.

Ese libro tuvo una repercusión grande en Brasil, donde se pudo publicar recién en 1967, porque la censura era muy grande y estaba prohibido mencionar el nombre de Paulo en todos los medios (en diarios, televisión, revistas y en las clases universitarias). Paulo era persona non grata. Se decía que Paulo era un subversivo al servicio Cuba, al servicio de Moscú. Nunca entendieron que Paulo estuvo sólo al servicio de Brasil, queriendo mejorar Brasil, transformar Brasil.

Reconocimiento de su obra, de su capacidad de tratar al otro con dignidad, tolerancia y amor.

Cuando el libro pudo ser publicado, fue muy divulgado y fue el primer libro de Paulo, en verdad su primer libro. Tenía informes muy importantes que fueron publicados en todo el mundo, pero libro como libro, ese fue el primero. Después de eso Pedagogía del Oprimido, que es el libro que hace una división en la lectura del mundo. Porque los científicos, los teólogos dicen “Paulo tú explicaste el mundo antes que tu teoría y ahora tu teoría explica un mundo después de tu explicación”. Entonces es un libro que hasta ahora es considerado uno de los más importantes libros de la literatura, incluso investigaciones hechas en 2016 en la universidad de Columbia de Nueva York y en la Universidad Libre de Londres consideran que es el único brasilero que está en una lista de 100 profesores de los más estudiados en las universidades de lengua inglesa (incluyendo Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda). Esos países tienen un número de citas de la obra de Paulo que supera en mucho a los grandes filósofos de todo el mundo. Los filósofos más conocidos, por ejemplo, Habermas. Paulo está muchos puntos encima de él. Incluso el filósofo Ramón Freixa, de la Universidad de Barcelona, ha dicho: “Habermas vino a decir lo que Paulo dijo, pero 12 años después. Se hizo un alboroto tan grande por la obra de Habermas… Y ustedes brasileros no ven que Paulo Freire ya había dicho todo eso antes, en la teoría de acción cultural ¿cómo no se dan cuenta de eso?”. Esa es una cosa terrible del propio país, la poca valorización de sus proyectos, de sus hechos, de sus pensamientos. Hoy, felizmente, la situación se está revirtiendo por esta sacudida tremenda que está teniendo el mundo por la pandemia, a pesar de gobiernos de extrema derecha como el que tenemos en Brasil. Por ejemeplo, nuestro presidente ya insultó a Paulo con todas las palabras feas del mundo, asegurando que va a hacer una montaña con los libros de Paulo y le va a prender fuego. Él dice eso, pero que se olvide. Porque la población no lo va a dejar. Paulo hoy es uno de los autores más leídos de Brasil y esa campaña que fue hecha contra él redundó en muchas más lecturas, más lectores y lectoras. Los adolescentes que participaron de las marchas en la calle, que leyeron en las placas “basta de Paulo Freire” “no más Paulo Freire” entonces se preguntan ¿qué tiene ese hombre? ¿Por qué dicen basta de Paulo Freire? alguna cosa tiene ese hombre. Queremos estudiar a Paulo Freire. Y están estudiando mucho la literatura de Paulo Freire.

Ahora se están llevando a cabo un número grande de homenajes a Paulo. Van desde el Senado Federal de Brasil hasta las Asambleas Legislativas de un gran número de Estados, de universidades. Paulo recibió hace dos semanas, en una sola semana, cinco títulos de Doctor Honoris Causa. Y él pasa a tener ahora cincuenta y un títulos de Doctor Honoris Causa. Es el brasilero qué más títulos de ese calibre tiene. Y ciertamente, en términos del mundo, uno de los que más fue contemplado con ese reconocimiento. El día lunes, porque el aniversario de él es el 19, habrá un acto en Recife, organizado por la Central Única de los Trabajadores y la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Educación. En dicho acto van a participar 190 países del mundo que estarán interconectados con las salas virtuales.

Eso es una cosa absolutamente fantástica. Nadie se olvida de Paulo, nadie lo olvida por su honradez y por su capacidad de tratar al otro con dignidad, tolerancia y amor. Paulo fue realmente un hombre singular, no encontramos otro igual, ni parecido. Paulo tenía una inteligencia fuera de lo común, una capacidad de dedicarse profundamente a lo que él hacía. Por eso es una obligación mía, un deber cívico, un deber moral, un deber ético que tengo de escribir para dar medios para que otros continúen esa lucha para transformar el mundo en un mundo de menos odio. Piensen que Paulo ya hablaba de eso hace 30 años y hoy en el mundo entero se ve el odio. Aquí en Brasil es una cosa horrorosa porque a partir del Gobierno Federal el mandato es odiar. Estamos en una situación que necesitamos tener cuidado porque si un adepto de su gobierno se encuentra en la calle y encuentra que hiciste una cosa indebida te pueden golpear y ya golpearon personas hasta la muerte. Precisamos leer a Paulo para encontrar un camino para transformar este mundo cruel y sádico en un mundo mejor.

El rol de maestros y maestras en el camino hacia un nuevo humanismo

Paulo tenía una preocupación con la formación de los docentes desde los inicios de su carrera, desde que trabajaba en el SESI, en los años 40 y 50 y un poco de los 60. Su mayor trabajo fue la formación de profesores. El SESI mantenía la escuela para los hijos de los trabajadores y Paulo sostenía que era preciso que el profesor se actualizara: “El profesor hizo la facultad, se llevó un título y cinco años después hay cosas que él precisa saber y no sabe”. El conocimiento es histórico. La historia nos hace y la gente hace la historia, es una relación dialéctica. Entonces hay que preocuparse siempre por la formación. Cuando Paulo fue Secretario de Educación de la ciudad de San Paulo, una de las primeras cosas que hizo fue invitar a tres universidades importantes que son la Universidad de San Pablo (USP); la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC), donde Paulo daba clases; y la UNICAMP que es la Universidad de Campiñas, a través del servicio de extensión para que profesores que quisiesen trabajar para formación docente se candidatearan. ¡Era tanta la gente que quería trabajar con él! Él aprendía a la vez que enseñaba y llevaba en consideración lo que oía. Entonces era una riqueza para el profesor participar de un programa de esos. Este programa duró mientras fue secretario y luego dio lugar a Mario Sergio Portela, que continuó con ese trabajo. Profesores que discutían la práctica en sus círculos de cultura, porque Paulo sostenía que no se formaban profesores haciendo una conferencia y después dando un diploma: “Usted tiene que discutir la práctica”. En esos encuentros, cada profesor tenía derecho y voz, así como la habían tenido los obreros del SESI cuando Paulo hacia círculos y les proponía comenzar a contar sus dolores. Allí los profesores decían “¿cómo se enseña eso?” y los profesores se abrían con mucha tranquilidad porque ahí no había nadie para hacerle mal a otro. Todos estaban juntos para mejorar la relación de enseñanza aprendizaje para los niños populares de San Pablo.

En Brasil existe la Red de Educación Pública y Gratuita desde los tres meses de edad hasta la formación académica y o una profesión. Por ejemplo, los médicos tienen 6 años de curso, luego tienen 2 años de residencia en un hospital y ahora, además, están teniendo todavía más clases en los centros de enseñanza aprendizaje en los hospitales de clínicas de la Universidad de San Pablo. Son realmente unos 10 años por lo menos, estudiando, aprendiendo y volviéndose un mejor médico, un médico más humano inclusive. En esta visión Paulo influyó mucho. Yo ya fui invitada varias veces y fui a la Facultad de Medicina para conversar con esos muchachos hablando sobre la necesidad de la humanización del acto de ser médico. El médico no está ahí para decir cuál es la enfermedad y pasar una pomadita para que se mejore. No, porque cuando alguien está enfermo no es solamente el brazo o la pierna la que está enferma es el cuerpo entero. Hasta la mente se siente abrumada. Se siente ‘amorfinada’. Se siente mal por no estar en el mundo del trabajo. No estás viviendo con alegría, así que es necesario que el médico tenga esta conciencia. Hace un tiempo apareció un informe que analizaba qué estudiantes habían aprendido esa lección de tratar con humanidad a sus clientes de bajos ingresos. Pensemos que quienes piden tratamiento en las Clínicas son muy, muy pobres. El encuestador preguntaba a cuántas personas había atendido el médico en ese día. Uno respondía “No lo sé”.  Luego otro: “Hoy creo que asiste al 8 o 10 ya ni siquiera sé”, Respuestas evasivas, sin ningún compromiso. Luego apareció un chico que afirmó “hoy fue muy bueno para mí. Atendí a Doña María, al Sr. Francisco, al Sr. Vitalino…” y fue recordando los nombres de 10 personas. “Y sólo atendí a estas 10 personas, pero me gustó mucho, aprendí mucho de ellos. Me dijeron de los dolores, de las cosas se olvidan, de lo que perdieron y yo les ayudé a superar estos problemas”. Ese es un médico de verdad, el humanista que no trata al otro como un objeto, que pone un remedio y dice “que pase el próximo”. Por eso Paulo tiene hoy una influencia muy grande, de hecho, en todas las áreas del conocimiento.

¿Cómo hacer para recuperar la pedagogía de la esperanza en estos tiempos inciertos?

Paulo siempre habló de la esperanza. Él decía que la esperanza era una condición ontológica del ser humano, parte de la naturaleza del ser humano. Puedes tener momentos de desesperanza. Él estuvo muchas veces desesperanza, pero no se refugió en ella, luchó contra ese pesimismo y se recuperó con la esperanza. La esperanza es lo que mueve a la utopía para la transformación posible en una sociedad más humana. La utopía en Paulo es muy diferente a lo que decía Eduardo Galeano. Tienes una utopía y vas haciendo cosas hasta que la consigues. Y la consigues. Ella no huye. Para Eduardo cuando llegas a la utopía huye. ¡No! Tienes la utopía, pero esa utopía no nos satisface porque somos seres inconclusos, que nos estamos haciendo a lo largo de la vida para que tengamos otra utopía y así vamos yendo. En los últimos trabajos de Paulo decía que tenemos que esperar días mejores. Pero tenemos que tener un compromiso con el futuro y si tenemos este compromiso, no es esperar en la simple espera, es inútil esperar a que Brasil mejore y el mundo mejore. Que Argentina mejore. Si nos quedamos de brazos cruzados, no sólo no mejora, sino que va para atrás. Lo que tenemos que hacer es ‘esperanzar’. Hoy se habla mucho sobre esperanzar. Que al ser un verbo que implica acción ya no es la simple esperanza. Es esperanza con acción. Entonces estos son los proyectos que debemos tener para continuar nuestra vida actuando hacia la transformación de un mundo mejor, donde haya justicia y la gente viva con dignidad. Yo creo que es eso. Este Concepto de Paulo, Paulo lo inventa. A Paulo le gustaba inventar palabras. Publiqué el libro Boniteza. Esta es una palabra que existe en el diccionario, pero en Brasil ya no se usaba. Paulo comenzó a usarla. Cuando empezamos a salir, me llamó ‘boniteza’ “¿Cómo está mi boniteza?”, me decía. Y entonces decidí escribir sobre eso porque comenzó con esta connotación de amor apasionado y luego la transformó en un concepto de su teoría. Cuando quería referirse a la ética, a la estética o la política a veces habla de belleza. Paulo decía que no vinimos a afear el mundo, como esa gente cruel, necrófila. Vinimos a ser felices, para embellecer el mundo, para ayudarnos unos a otros a construir mejores condiciones de vida para nosotros, para nuestra familia, para nuestra Patria, para toda la humanidad. Vinimos al mundo para hacer la ‘boniteza’.

 

[1]  Ana María Araújo Freire, también conocida como Nita  es licenciada en Pedagogía por la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y Doctora en Educación. Profesora en Institutos de Educación, Facultades y en la propia Universidad Católica de San Paulo.Se le ha otorgado el título de profesora honoraria de la Universidad de Lanús, de Argentina y es Doctora Honoris Causa de la Universidad de Mato Grosso do Sul en Brasil.  Ha impartido numerosas conferencias y seminarios sobre Educación, especialmente sobre la Historia de la Educación Brasileña y el pensamiento de Paulo Freire, su marido, no sólo en Brasil sino también en Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica, Alemania, España, Portugal, México, Argentina, El Salvador. Entre sus obras destacanLa Pedagogía de la Liberación en Paulo Freire (2001), Pedagogía de los Sueños Posibles (2001), Pedagogía de la Autonomía (2010), Pedagogía del Compromiso: América Latina y la Educación Popular (2008), Pedagogía de la Solidaridad: América latina y la Educación Popular (2009); y capítulos en libros como “Pedagogía de la Esperanza” (1992), “Pedagogía de la Indignación” (2000), “Ética y conocimiento en la transformación social” (2001), “Educación ambiental y ciudadanía” (2003), “Pedagogía de la Tolerancia” (2004), “Encuentros con educadores” (2010), “Educación y diálogo” (2011).. En 2006 publicó una biografía de Freire: Paulo Freire una historia de vida, con la que ganó el Premio Jabuti. También escribió Nosotros dos, un libro que incluye parte de las cartas de amor que Paulo le escribió, fotografías, cartas de ella para Paulo y algunos cuentos de la vida cotidiana de estos dos pedagogos.

[2] Municipio brasileño del estado del Río Grande do Norte.

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