Objetivos

En esta oportunidad nuevamente la propuesta es encontrarnos en un espacio colectivo, plural y de análisis crítico para la profesión, reconociendo que el diálogo entre la formación disciplinar y la organización profesional es la clave del desarrollo del Trabajo Social. Cabe destacar que estas jornadas expresan públicamente una decisión política sostenida por las gestiones del Colegio y la Carrera, para seguir construyendo un trabajo social crítico asumiendo que nosotrxs somos responsables ética-política e ideológicamente de que eso suceda.

Un elemento ineludible en este dialogo interinstitucional e intersectorial es la identidad profesional, que para los Trabajadorxs Socialxs se cimenta en la defensa de los Derechos Humanos.
Esto convoca al desafío de identificar y accionar desde la responsabilidad ética ante las tensiones que se presentan en materia de derechos humanos en las políticas públicas vigentes y los distintos proyectos de reforma y ajuste que ponen en riesgo a grandes sectores de la población, y a conquistas sociales históricamente alcanzadas.
La complejidad inherente a los problemas que abordamos, manifestaciones de la cuestión social, nos exige construir respuestas integrales e interdisciplinarias, en un proceso de superación de los obstáculos y dificultades que nos han limitado, tanto en términos de profesionalismo como de solidez y solvencia teórico -metodológicas.

Luego de esta lectura adquiere más relevancia esta 1ª Jornada Provincial de Trabajo Social, que nos permitirá revisar interrogantes que nos atraviesan como ¿Qué significa jerarquizar el Trabajo Social? ¿Qué profesión queremos hoy?, ¿Cómo construimos alternativas colectivas en el actual escenario?. Entre las respuestas posibles no podemos dejar de tener presente los siguientes aspectos.

El Trabajo Social ha sido desde sus orígenes una profesión destinada a la acción transformadora, para lo cual necesita bases de conocimientos válidos y/o verdaderos sobre los cuales operar. La relación entre formación académica y práctica profesional nos plantea la necesidad de reflexionar y analizar críticamente aquello que Bibiana Travi (2006) ha dado en llamar la dimensión técnico – instrumental.

El ejercicio profesional y el trabajo en equipos interdisciplinarios, en la necesidad de aproximarse de diferentes maneras a la singularidad de los diferentes problemas sociales, ha comenzado a abrir otras puertas en las formas de aproximación y abordaje de la realidad. Es importante la sistematización, recuperación y socialización de estas experiencias, que posibiliten la resignificación y retroalimentación, tan necesaria, en la relación teoría y práctica.

En este sentido nos resulta necesario reconocer y resignificar el sentido político y transformador de nuestras prácticas, teniendo en cuenta que desde el Trabajo Social se realizan diversas experiencias profesionales y académicas en el escenario de los procesos sociales comunitarios barriales, culturales, gremiales, organizacionales, económico, el hábitat, la problemática de la tierra, la vivienda, y el medio ambiente, los mecanismos de segregación territorial, los abordajes territoriales en las áreas de salud, educación entre otros. Las prácticas que allí se despliegan son dinamizadas por profesionales que participan activamente en movimientos sociales, promoviendo y formando parte en la construcción y sostenimiento de los mismos, como así también aquellos que desde espacios institucionales, desarrollan propuestas de intervención, acompañando procesos de organización colectiva generados en y desde las comunidades.  

Por ello se considera oportuno referir como categorías articuladoras de las jornadas, los procesos de organización colectiva, que promueven luchas y reivindicaciones en la construcción de identidad de los sujetos sociales – y al mismo tiempo de nosotrxs mismxs como profesionales, y que dinamizan prácticas políticas y culturales transformadoras, desde una perspectiva participativa.
Los procesos de ampliación de derechos para grupos históricamente vulnerados es el producto de significativas luchas colectivas. En este sentido resulta relevante la reivindicación por el reconocimiento de la libre expresión de género como parte del derecho a la identidad. El colectivo de mujeres y de LGBTI ponen en tensión las asignaciones de género que enraizadas en el heteropatriarcado no respetan la profunda y personal vivencia de la afectividad, deseos y proyectos vitales de las personas. La condena social, la violencia aleccionadora, la patologización y criminalización de la conducta no normativa fueron mecanismos que sostuvieron el disciplinamiento de los cuerpos y deseos.

La pobreza y el territorio como categorías de análisis e intervención. En esta oportunidad nos inscribimos en una noción de pobreza entendida como un fenómeno situado (Clemente, 2016), que supone además de un marco conceptual, factores macro sociales (aspectos estructurales y coyunturales) y atributos micro sociales que se materializan en territorios concretos y terminan de amalgamar el modo en que se expresa el problema.
Y el territorio como una construcción social, como espacio signado por la historia y la cultura que se configura a través de prácticas sociales, de estrategias y percepciones y modos de comprender lo individual y lo colectivo, nos exige, en correspondencia, abordajes, intervenciones y proyectos profesionales desde un Trabajo Social en contexto desde perspectivas nacionales, regionales y locales que permita la comprensión –para las estrategias de transformación- de los problemas sociales complejos, singulares, concretos. 

Los sistemas proteccionales vigentes son diseños organizacionales y operativos concebidos para la implementación de las políticas públicas. Los Estados en su rol redistributivo han tomado un rol importante al tener que afrontar, una creciente demanda derivada de la desigual distribución del ingreso en la población. Lxs Trabajadorxs sociales se desempeñan en los diferentes dispositivos creados desde las políticas nacionales, provinciales, municipales y comunales para efectivizar los sistemas de protección donde se presentan permanentes tensiones y contradicciones en la intervención. 

Es por todo esto que entendemos resulta necesaria la posibilidad de construir escenarios de encuentro, desde los que nos permitamos la tarea de la reflexión y el intercambio de nuestras prácticas cotidianas, con el propósito de pensar colectivamente los caminos de la transformación. Consideramos que el actual contexto nacional y latinoamericano, de revitalización de modelos políticos y económicos conservadores y de derecha, que con políticas de ajuste están profundizando las condiciones de pobreza y desigualdad  de la población,  que avanzan sobre el debilitamiento de los derechos sociales y que plantean diseños de retracción de las políticas sociales,  nos interpela de manera directa y nos convoca a debatir y a asumir posicionamientos claros de lucha contra la pobreza y de defensa de los derechos sociales.